jueves, 21 de mayo de 2009

- Gonzalo Torrente Ballester

El cuerpo de Marfisa había quedado medio al descubierto: mostraba la cabellera, la espalda, la delgada cintura, el arranque de las nalgas. El Rey la miró: con sorpresa, con estupefacción.

_______________________Crónica del rey pasmado
_______________________Gonzalo Torrente Ballester

En la memoria de una pervertida

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