domingo, 24 de mayo de 2009

- Valerius Catullus

Vivamos, Lesbia mía, amémonos y no nos importen un as todas las habladurías de los severos ancianos.
Los soles pueden declinar y reaparecer.
Nosotros, apenas haya declinado nuestra breve llama, tendremos que dormir una sola noche perdurable.
Dame mil besos, luego ciento, luego otros mil, luego cien más, luego otros mil todavía, luego ciento.
Después, cuando hayamos sumado muchos miles, embrollaremos la cuenta para no saberla o para que ningún envidioso pueda aojarnos cuando sepa que fueron tantos nuestros besos.

___________________________Una sola noche
___________________________Valerius Catullus

En la memoria de una pervertida

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